Vamos a hacernos una serie de preguntas para entender un poco lo que ha ocurrido en este tiempo de reflexión que nos hemos dado.
Inicialmente decir que la cantidad que hemos escrito en el papel, vale mucho más de lo que parece, de hecho, esta cantidad representa hasta el último centavo lo que creemos que valemos al año, queramos admitirlo o no, es la pura verdad.
Este tipo de actitud es la causa de nuestra actual situación y cualquier otra circunstancia externa; precaución, razón o conciencia, en realidad no tiene mucha importancia. Todos los hechos en nuestras vidas, ya sean emocionales o profesionales, son el reflejo de nuestros pensamientos. Dado que nuestra mente aún no está formada, no podemos comprender este básico principio. Nuestra mente continúa aceptando ilusoriamente de forma genérica que los factores externos juegan un papel determinante en nuestras vidas, cuando en realidad todo en la vida es una cuestión de actitud. La vida es exactamente tal cual nosotros la representamos. Todo lo que ocurre, nos sucede debido a nuestros pensamientos. De manera que, si queremos cambiar nuestras vidas, debemos comenzar por cambiar nuestros pensamientos.
Aquellos que han conseguido grandes cosas en la vida, no importa en qué campo, siempre han ignorado las objeciones planteadas por otros pensadores racionales y los intelectuales, y no es que estemos en contra de la inteligencia, pero muchos pensamientos son en esencia materialistas, dogmáticos y no nos dejan de discurrir y razonar sobre todas las cosas. La lógica y el razonamiento son necesarios para conseguir el éxito. Pero no son suficientes. Deben ser instrumentos y fieles sirvientes, nada más. No obstante, en la mayoría de los casos, se convierten en obstáculos en el camino de los grandes logros, que son creados sólo por aquellos que tienen fe en los poderes de la mente. Estas personas de éxito jamás permiten que las circunstancias les preocupen demasiado, y esto atrae la fortuna hacia ellos, de una forma casi milagrosa.
Revisemos ahora la cifra que hemos escrito, y valorémosla, ¿no es quizá muy poco y así nos demoraremos mucho en convertirnos en millonarios? ¿Estamos seguros de vales solo eso al año? Atrevámonos a reformular esta cifra y a arriesgarnos valorándonos mucho más, escribamos más abajo este monto y luego pasemos al siguiente acápite.